Con su sencillo
traje verde olivo y con un lenguaje muy diáfano, el Comandante
Ernesto Guevara representó a Cuba en el seno de la Asamblea General
de la Organización
de Naciones Unidas en diciembre de 1964.
En la décimo novena
Asamblea General de la ONU ,
exactamente el 11 de diciembre de 1964, con su palabra vibrante el Che combatió
en defensa de Cuba y de los pueblos que habían sufrido los efectos nocivos del
colonialismo, el neocolonialismo u otras formas de explotación.
En la parte inicial
de su intervención el Che dijo que ya había sonado la hora postrera del
colonialismo y que millones de habitantes de África, Asia y América Latina se
levantaban al encuentra de una nueva vida e imponen su irrestricto derecho a la
autodeterminación y el desarrollo independiente de sus naciones.
El Che precisó,
además, que Cuba venía al seno de la ONU a fijar su posición sobre los puntos más
importantes de controversia y lo haría con toda la responsabilidad que
entrañaba el hacer uso de esa tribuna.
Planteó que no podía
haber coexistencia pacífica solamente entre los países poderosos sí en realidad
se pretendía asegurar la paz en el mundo, y por ende reclamó el derecho que la
coexistencia pacífica fuera también una realidad entre los países del Tercer
Mundo que habían sufrido durante años agresiones y una cruel explotación.
Manifestó: “La
coexistencia pacífica debe ejercitarse entre todos los Estados,
independientemente de su tamaño, de las anteriores relaciones históricas que
los ligara y de los problemas que se suscitaron entre algunos de ellos, en un
momento dado”.
Ante la Asamblea General
de la Organización
de Naciones Unidas el Che denunció igualmente las acciones realizadas por los
Estados Unidos de América que gravitaban sobre el normal desarrollo de la
coexistencia pacífica a escala mundial y en diferentes regiones en específico.
También en su
intervención hizo referencia a la situación de Puerto Rico. Resaltó el
simbolismo de la lucha independentista librada por el patriota puertorriqueño
Pedro Albizu Campos, al que calificó como un símbolo de la América todavía irredente
pero indómita.
Y al recordar cómo
incluso mantuvo su firmeza durante los muchos años de encarcelamiento en los
Estados Unidos, el Che expresó: “Años y años de prisiones, presiones
insoportables en la cárcel, torturas mentales, la soledad, el aislamiento total
de su pueblo y de su familia, la insolencia del conquistador y de sus lacayos
en la tierra que lo vio nacer; nada dobló su voluntad. La Delegación de Cuba
rinde, en nombre de su pueblo, homenaje de admiración y gratitud a un patriota que
dignifica a nuestra América”.
Resaltó que pese a
las maniobras y los esfuerzos realizados por los Estados Unidos para someter al
pueblo de Puerto Rico, sobresalía la voluntad de los boricuas de defender su
cultura y su derecho a la independencia.
También en el
discurso que pronunció el 11 de diciembre de 1964 en la sede de la Organización de
Naciones Unidas, el Che habló acerca de la situación colonial que padecían
otros pueblos de América y además trató sobre la tétrica realidad del
continente africano.
Igualmente recordó
lo que había expuesto cuatro años en la
ONU el máximo dirigente de la Revolución Cubana
Fidel Castro, en el discurso que pronunció en Naciones Unidas el 26 de
septiembre de 1960, había expuesto que debía cesar la filosofía del despojo y
cesaría la filosofía de la guerra.
Y al constatar cómo
estaba el mundo varios años después de lo señalado por Fidel, el Che dijo
que la filosofía del despojo no sólo no había cesado sino que se mantenía más
fuerte que nunca.
Puso de relieve
incluso como los elementos reaccionarios utilizaban hasta el nombre de las
Naciones Unidas para imponer sus intereses y hasta cometer crímenes, como
fue el caso del patriota africano Patricio Lumumba.
Acerca de ello
señaló: ¿Cómo es posible que olvidemos la forma en que fue traicionada la
esperanza que Patricio Lumumba puso en las Naciones Unidas? ¿Cómo es posible
que olvidemos los rejuegos y maniobras que sucedieron ala ocupación de ese país
por las tropas de las Naciones Unidas, bajo cuyos auspicios actuaron
impunemente los asesinos del gran patriota africano?
El discurso del Che
ante la Asamblea
General de la
Organización de Naciones Unidas fue un momento de especial
significación en la historia de la Revolución Cubana y puso de relieve, una vez más,
que Cuba no hablaba tan sólo por sí misma en defensa de sus intereses o para
denunciar las agresiones que se llevaban a cabo contra nuestro país, sino que
lo hacía de manera esencial en representación y defensa de los legítimos
intereses de muchos pueblos del mundo y también se pronunciaba en torno a todos
aquellos graves problemas y peligros que podían afectar al mundo en general,
entre ellos, el intercambio desigualdad, el no respeto a los derechos de los
países y sus fronteras, así como la condena a la carrera armamentista y el
reclamo por un desarme que contribuyera a preservar la paz a escala universal.
Precisamente en
torno a estos temas el Che con su palabra vibrante expresó en la tribuna de
Naciones Unidas: “Al unirnos a la voz de todos los países del mundo que piden
el desarme general y completo, la destrucción de todo el arsenal atómico, el
cese absoluto de la fabricación de nuevos artefactos termonucleares y las pruebas
atómicas de cualquier tipo, creemos necesario puntualizar que, además, debe
también respetarse la integridad territorial de las naciones y debe detenerse
el brazo armado del imperialismo, no menos peligroso porque solamente empuñe
armas convencionales”.
En la parte final de
su intervención en la ONU
el Che recordó cuestiones esenciales planteadas en la Segunda Declaración
de La Habana
que fuera aprobada en una Asamblea General del pueblo cubano efectuada el
cuatro de febrero de 1962.
Y entre los
principios recordados por el Che en relación con esa trascendental Declaración,
estuvo el siguiente: “Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado
a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la
verdadera independencia por la que ya han muerto más de una vez inútilmente…”
Ese mismo día 11, de diciembre
de 1964, al usar el derecho de réplica ante los criterios expuestos por
representantes de distintos países, el Che, entre otros aspectos, se
refirió a la responsabilidad que se trataba de hacer recaer sobre Cuba
con respecto al fomento de la revolución en otros países de América Latina. Precisó
con particular significación: “Nosotros sostenemos, una y mil veces, que
las revoluciones no se exportan. Las revoluciones nacen en el seno de los
pueblos”.
*Victor Pérez Galdós Ortiz